Tu médico podría haberte sugerido que necesitas una bomba de insulina para manejar mejor tu diabetes. ¡O tal vez alguien mencionó una bomba de insulina de pasada y no sabes mucho acerca de eso! Tal vez tienes un pariente o amigo que usa una y te estás preguntando si podría funcionar para ti. De cualquier manera, la idea de tener una bomba conectada a ti puede sonar muy aterrador.
A decir verdad, la idea de una bomba de insulina es mucho más complicada que la propia máquina. Aunque una gran cantidad de pacientes se preocupan por tener «algo» conectado a ellos todo el tiempo, las personas que usan bombas de insulina para controlar su diabetes casi nunca se quejan de estar conectados. De hecho, la mayoría de las personas informan que nunca volverían a las inyecciones de insulina una vez que reciben su bomba. Confía en nosotros, la bomba de insulina no realiza ningún tipo de control mental mágico. De hecho, es todo lo contrario. El paciente es el que manda, incluso cuando se conecta la bomba. Vamos a conocer un poco más acerca de las bombas de insulina antes de revisar quiénes son los pacientes más indicados para utilizarlas.
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Una bomba de insulina es simplemente un dispositivo que se utiliza para administrar insulina de forma continua, 24 horas al día, 7 días a la semana. Si esto suena demasiado de ciencia ficción para ti, vamos a separarlo en los aspectos básicos. Una bomba de insulina es como una bicicleta. Tú, el paciente, eres el operador. Durante la mayor parte del día y de la noche, la bicicleta (o bomba) se dirige cuesta abajo, lo que significa que el conductor de la bicicleta (o paciente) realiza muy poco esfuerzo. La bomba avanza por sí misma y entrega pequeñas cantidades de insulina durante todo el día y toda la noche. Los médicos se refieren a esta función de inercia como «basal», o insulina de fondo. La función «basal» de la bomba requiere tan poco esfuerzo por parte del paciente debido a que la bomba está programada para fluir automáticamente. Este flujo «basal» automático libera insulina en el fondo de forma continua.
Pero, al igual que cualquier paseo en bicicleta, las cosas no siempre son cuesta abajo. Cuando el paciente come, o verifica su azúcar en la sangre, el funcionamiento de la bomba se pone un poco más difícil. Usando la analogía de la bicicleta, la hora de comer sería como subir una pequeña colina en tu bicicleta. Se requiere un poco más de esfuerzo, pero con suficiente entrenamiento, esas pequeñas colinas llegan a ser muy fáciles.
Cuando un paciente que usa una bomba de insulina come cualquier tipo de comida, tiene que introducir la cantidad de carbohidratos (azúcares) que planea comer en la bomba. Esto a menudo se llama conteo de carbohidratos. La bomba calculará entonces la dosis de insulina necesaria para cubrir la comida a punto de ser comida. Del mismo modo, cuando un paciente verifica su azúcar en la sangre, esto también se ingresa en la bomba de manera que la bomba puede ayudar a determinar la cantidad de insulina necesaria para llevar el azúcar a un nivel normal. La insulina usada para cubrir los alimentos y el azúcar en la sangre se llama «bolo» de insulina.
Por lo tanto, una bomba es como una bicicleta. Eso es algo que parece tener sentido, ¡pero eso no explica cómo la insulina llega de la bomba hacia dentro del cuerpo del paciente! La insulina fluye desde la parte de la bomba llamada depósito. Se desplaza hacia abajo por un tubo delgado que conecta la bomba de insulina al cuerpo del paciente. Los médicos llaman cánula a la parte del tubo que se mantiene fuera de la vista bajo la piel. Esta pequeña pieza de plástico flexible de la bomba es el modo como la insulina entra en el cuerpo. La cánula es casi como una súper súper pequeña IV, que se mantiene en su lugar debajo de la piel. Los pacientes no sienten esta pieza de plástico. Se recomienda cambiar la ubicación de la cánula cada 3 días. La mayoría de la gente prefiere esto a aplicarse 4 a 5 inyecciones de insulina al día.
No pretendemos que las bombas de insulina suenen tan simples. El hecho es que requieren trabajo. Podrían «andar» durante la mayor parte del día, pero aun necesitan a alguien que monte la bicicleta, que sea un operador. En pocas palabras, la bomba no es completamente automática. Este es un error común que comete la gente cuando piensa acerca de las bombas. La bomba todavía requiere de alguien que la dirija y pedalee.
Los buenos candidatos para las bombas de insulina se administran al menos 3 inyecciones diarias de insulina, verifican su nivel de azúcar por lo menos 3 o 4 veces al día, hacen citas regulares con su médico de la diabetes, y pueden reconocer con seguridad los niveles de azúcar en la sangre. Para el paciente adecuado, usar una bomba de insulina puede ser una terapia que le cambia la vida. Las bombas de insulina pueden ser utilizadas por pacientes con CUALQUIER tipo de diabetes.
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