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El GLP-1 (péptido similar al glucagón tipo-1) es una hormona incretina que se encuentra naturalmente en el intestino a causa de la alimentación. El GLP-1 es una de las dos incretinas importantes. Estas son hormonas que estimulan la secreción de insulina en respuesta a una comida. Pero el GLP-1 se ocupa de más que simplemente aumentar la secreción de insulina. De hecho, tiene varios roles importantes en el cuerpo. Pueden resumirse en dos funciones principales.
El GLP-1 afecta los niveles de insulina y glucagón para disminuir los niveles elevados de azúcar en la sangre de dos formas:
Aumenta la secreción de insulina natural del cuerpo en respuesta a una comida.
Disminuye los niveles de la hormona glucagón después de comer. El glucagón funciona de manera opuesta a la insulina y eleva los niveles de azúcar en la sangre; por ende, reducir los niveles de glucagón ayuda a disminuir el azúcar en sangre.
El GLP-1 aumenta la saciedad o hace que un individuo se sienta lleno.
El GLP-1 disminuye la velocidad de evacuación estomacal, por lo que el alimento llega más lentamente a los intestinos para continuar la digestión. Si la comida se digiere de manera más lenta, se prolonga la absorción de carbohidratos.
El GLP-1 suprime el apetito en el centro del hambre del cerebro (hipotálamo).
¿Qué es un análogo/agonista de GLP-1 ?
Los GLP-1 análogos o agonistas se comportan como el GLP-1 natural, ya que estimulan el mismo receptor de la hormona HLP-1 en la persona. Volvamos a eso de los 1990, cuando un endocrinólogo descubre una molécula especial similar al GLP-1; esta hormona se estaba estudiando durante la época. El Dr. John Eng encontró esta molécula en el lugar más raro que puedas imaginar: en la saliva del monstruo de Gila, un lagartijo venenoso. Esta sustancia, denominada exendina-4, es 53% similar a la hormona GLP-1 humana, pero es más resistente a ser descompuesta. Esto la hace más útil como una opción de tratamiento. Los científicos copiaron la exendina-4 en el laboratorio, denominándola exenatida. La exenatida se hizo disponible en el 2005 para el manejo de la diabetes tipo 2 bajo el nombre Bayetta, una inyección que se toma dos veces al día.
Los niveles de GLP-1 y la diabetes tipo 2
Resulta que los pacientes con diabetes no tan solo son propensos a tener una hormona GLP-1 deficiente sino que, más importante aún, las células que producen la insulina son resistentes a la estimulación por GLP-1. Esto significa que los pacientes pueden tener menos cantidad de esta hormona importante y lo que les queda, claramente, no estimula la insulina tan bien.
¿No es más fácil tratar a los pacientes con la hormona GLP-1?
El GLP-1 natural del cuerpo tiene una vida media muy corta en la corriente sanguínea. En cuestión de minutos, las horomonas tales como la DPPIV descomponen el GLP-1. Debido a esta descomposición acelerada, tratar a pacientes directamente con la hormona GLP-1 nunca ha demostrado ser una opción útil.
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