El Virus de Papiloma Humano (VPH) es la enfermedad de transmisión sexual más común en el mundo. Se transmite por contacto genital piel a piel, y puede causar verrugas genitales (benignas) y cáncer de cuello uterino. La infección por VPH también se ha relacionado con el cáncer de la vulva y la vagina en mujeres y cáncer de pene en los hombres. También se relaciona con cáncer de boca y garganta, así como cáncer del ano en ambos, hombres y mujeres.
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Datos sobre el VPH
El 75% de los adultos sexualmente activos contrajo VPH antes de cumplir los 50. La mayoría de los pacientes infectados con el VPH no presentan signos ni síntomas, y el 90% de las infecciones desaparecen sin ningún tipo de tratamiento. En el 10-20% de las mujeres, la infección por VPH persiste. Esto aumenta el riesgo de lesiones precancerosas y luego cáncer del cuello uterino.
Hay más de 100 tipos de VPH. El VPH se clasifica como de alto o bajo riesgo basándose en si puede causar cáncer de cuello uterino.
Alto riesgo
Al menos 13 de los tipos de VPH pueden causar cáncer de cuello uterino.
o Los tipos de VPH 16 y 18 causan el 70% del cáncer de cuello uterino.
o Los tipos 31, 33, 45, 52 y 58 también son de alto riesgo, y son responsables del 19% de los casos de cáncer cervical.
Bajo riesgo
Los tipos de VPH 6 y 11 causan el 90% de las verrugas genitales.
El VPH es responsable de prácticamente TODOS los casos de cáncer de cuello uterino. El cáncer cervical es el 4° cáncer más común en las mujeres, con aproximadamente 500.000 nuevos casos al año en todo el mundo. Más de 270.000 mujeres mueren anualmente por cáncer de cuello uterino. La mayoría (85%) de estas muertes se producen en países de ingresos bajos y medios. El cáncer asociado con el VPH lleva 15-20 años en desarrollarse, y un control apropiado puede ayudar a detectarlo de manera temprana. El tratamiento temprano de lesiones pre-cancerosas previene el 80% del cáncer de cuello uterino más adelante.
Vacunas en contra del Virus de Papiloma Humano
Hay 3 vacunas actualmente disponibles que protegen contra la infección por el VPH. La primera vacuna fue aprobada en 2006 por la FDA. Estas vacunas se producen en un laboratorio a partir de partículas similares al virus y NO contienen ADN o virus vivos. Ellas NO tratan la infección por VPH o el cáncer. Después de vacunarse, la protección ha demostrado que dura hasta 8-10 años, y hay estudios más prolongados en curso. Las vacunas son más efectivas cuando se administran ANTES de la exposición (antes de la primera actividad sexual). La Organización Mundial de la Salud recomienda la vacunación de las niñas entre las edades de 9 a 13, antes de que sean sexualmente activas. Para las mujeres menores de 15 años de edad, se recomienda un cronograma de 2 dosis en 6 meses. Para las mujeres de 15 años o más, se recomienda un cronograma de 3 dosis en 6 meses. En los estudios, las vacunas contra el VPH muestran casi el 100% de eficacia en la prevención de las lesiones precancerosas del cuello uterino.
Hay 3 vacunas disponibles contra el VPH, y cada una protege contra diferentes cepas del virus:
Gardasil® (tetravalente)
Protege contra la infección de VPH de los tipos 6, 11, 16, 18
Gardasil-9® (9-valente)
Protege contra la infección de VPH de los tipos 6, 11, 16, 18, 31, 33, 45, 52, y 58
Cervarix® (bivalente)
Protege contra la infección de VPH tipos 16 y 18
Al igual que todas las vacunas, la vacuna contra el VPH puede tener efectos secundarios. Los más comunes son dolor e hinchazón en el sitio de la inyección. Hasta el momento, no se han producido efectos secundarios graves causados por la vacuna. Recientemente, se han publicado noticias emocionantes sobre los beneficios de la vacuna tetravalente (Gardasil®, 6/11/16/18) después de una década de experiencia de uso. Durante 6 años, la infección por VPH (tipos 6/11/16/18) disminuyó en aproximadamente un 90% en las mujeres vacunadas en Australia y los Estados Unidos. Después de 4 años de usarse la vacuna en Australia, hubo una reducción estimada del 90% en las verrugas genitales. La reducción en las lesiones precancerosas son variables dependiendo de la ubicación y el grupo de estudio. En áreas con altos niveles de inmunizaciones, hubo hasta una reducción del 85% en las lesiones precancerosas. Las reducciones favorecen a aquellos vacunados a edades más tempranas. Mientras que las reducciones en las tasas de cáncer de cuello uterino tomarán más tiempo en conocerse con seguridad, estos 10 años de información son muy buenas noticias.
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